jueves, 23 de mayo de 2013

La construcción del estado posrevolucionario en México. (2 de 3)



¿Cómo se expresó la coyuntura política que condicionó la construcción del estado posrevolucionario en el ámbito local? Bueno es aquí en donde mejor se pueden observar algunos elementos constitutivos del estado posrevolucionario. Es en el plano local en donde se manifiesta la participación política que constituyó al poder de manera más clara y directa, aunque siempre condicionado por la esfera nacional y mundial. 

Tomemos el caso de Tamaulipas, que junto con la mayoría de los estados del golfo se distinguieron por llevar a la práctica algunas fórmulas para construir el estado de bienestar en nuestro país. Yapara 1914 existen organizaciones de trabajadores en el puerto de Tampíco y en los pozos petroleros cercanos. Uno de ellas, el Gremio Unido de  Alijadores, lograría a fines de esa década la concesión para efectuar los trabajos de carga y descarga en el puerto, después de haberse fundado en 1911. A su vez, los trabajadores petroleros serán los primeros en contar con un contrato colectivo de trabajo en todo el país. Estos hechos demuestran cómo se fortalece la tendencia socialdemócrata, amparada en la existencia de sindicatos y su alianza, en este caso, con Obregón y Calles. Son los obreros tampiqueños su principal apoyo político en la región y su garantía de votos. A cambio, los de arriba apoyarán la organización de los sindicatos, siempre y cuando éstos apoyen al poder. 

Al mismo tiempo, con la derrota de la rebelión delahuertista en 1923, se crearon las condiciones favorables para la emergencia de un cacicazgo regional, el de Emilio Portes Gil, quien en 1924 fundó el Partido Socialista Fronterizo para llevar a cabo el pacto corporativo en Tamaulipas, encuadrando en él a los funcionarios públicos y maestros de escuela, a los campesinos con tierras ejidales y a los obreros sindicalizados. Portes Gil es el representante de Obregón y luego de Calles en el estado por lo que en 1924 será gobernador y líder nato del partido local. Lo que inició Porte Gil en Tamaulipas fue la construcción del estado de bienestar en el estado, que sirvió como experimento para conformar después el estado de bienestar nacional.

El caso de Tamaulipas no fue el único; en buena parte del país se estaban dando fenómenos similares, como en Veracruz, Tabasco, Yucatán y Michoacán, por mencionar los más destacados. En todos ellos caciques y militares estaban organizando a trabajadores y campesinos para construir un estado, un orden político. Gracias a ello, el Partido de la Revolución Mexicana pudo encuadrar en sectores a la mayor parte de la población organizada. El cardenismo representa una etapa de integración nacional de las organizaciones regionales y locales, con lo que se consuma la construcción del estado de bienestar en México. A partir de entonces ha habido cientos de reformas pero hasta hoy el estado en México mantiene la estructura básica, construida en aquéllos años.

Cuando se pone uno a observar el estado liberal contemporáneo en México salta a la vista su decadencia, manteniendo sus marcas de nacimiento. Una de ellas es la existencia de sindicatos corporativos, actores institucionales del estado como el que agrupa a los maestros o a los petroleros. Este elemento confirma que a pesar de ‘transiciones’ y elecciones el modelo corporativo sigue siendo el que configura al sistema político, con lo que el orden democrático queda sólo como apariencia: la negociación a puerta cerrada es la constante, el principio general de la política institucional. 

Otra marca es el lugar de los procesos electorales para la integración de gobiernos. Las elecciones son simples fórmulas rituales para confirmar que el poder es de los pocos y que se reparte en lo oscurito. El autoritarismo representa así el principio para la toma de decisiones, la manifestación clara del lugar que ocupa el presidente de la república en la vida del país. El ‘no te preocupes Rosario’ ilustra el punto y demuestra que el estado posrevolucionario sigue operando, a pesar de reformas y leyes, con sus mecanismos originales. Con esto no se quiere decir que el estado benefactor sigua operando plenamente; las reformas neoliberales cambiaron sin duda en mucho al estado mexicano pero reforzaron ciertos rasgos, como el del autoritarismo y el del corporativismo, que se desenvuelven en un ambiente militarizado siendo éste último quizá el rasgo más reciente, incorporado por el neoliberalismo para mantener el control social en el contexto de la crisis financiera mundial.

Quedaría sólo por responder a la pregunta ¿cuáles han sido las reacciones de la población a la dinámica autoritaria y corporativista del estado en México?

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